América Latina y el octubre electoral
América Latina y el octubre electoral
Infolatam
San José (Costa Rica), 30 septiembre 2014
Por DANIEL ZOVATTO
San José (Costa Rica), 30 septiembre 2014
Por DANIEL ZOVATTO
Octubre es un mes electoral clave para la región.
El rally electoral latinoamericano de 2014 llegará a su fin el próximo mes de
octubre, al celebrarse las elecciones presidenciales en Brasil (domingo
5), Bolivia (domingo 12) y Uruguay (domingo 26), tras los comicios que
tuvieron lugar en Costa Rica, El Salvador, Panamá y Colombia en la primera
mitad del año.Los resultados de estos siete procesos electorales presidenciales
confirman tanto el peso significativo inherente a las situaciones nacionales,
como las tendencias políticas predominantes en nuestra región: el
cambio (en Costa Rica y Panamá), el continuismo (en Colombia, El Salvador y
Bolivia), y la incertidumbre y volatilidad (en Brasil y Uruguay).
Reelección asegurada de Evo en Bolivia
En Bolivia, la reelección de Evo Morales garantiza la
continuidad del oficialismo. En las encuestas más recientes (entre ellas la de
Mori), Evo acumula una ventaja de 40 puntos sobre su principal
rival, el empresario de centroderecha y líder de Unidad Democrática, Samuel
Doria Medina (54% vs. 14%). Los otros candidatos opositores son Juan
del Granado (del Movimiento sin Miedo), el ex presidente Jorge
“Tuto” Quiroga (Partido Demócrata Cristiano), y Fernando
Vargas (Partido Verde).
De confirmarse este pronóstico, Morales prolongará
su periodo presidencial hasta cumplir, en 2019, trece años ininterrumpidos en
el poder. Lo único que está en duda es si Evo obtendrá la
mayoría de dos tercios en ambas Cámaras del Parlamento lo cual le permitiría
prácticamente gobernar sin oposición.
¿En qué reside su éxito? En varios
factores: 1) haber sabido agregar un exitoso liderazgo político y social a un
gran capital simbólico (histórico dirigente sindical con raíces indígenas); 2)
haber convertido al Movimiento al Socialismo (MAS) en la única fuerza con
proyección nacional en la que prima un enfoque pragmático; 3) desplegar un
discurso menos polarizador y más incluyente, a lo que suma una exitosa gestión
económica ortodoxa que es reconocida por los organismos multilaterales
financieros, y 4) una oposición débil, heterogénea y fragmentada que no llega a
ser una alternativa viable al oficialismo.
Este ultimo punto es de especial importancia. Como
bien expresa el analista boliviano Jorge Lazarte, “el problema de
la oposición no es Evo, es ella misma.” Y agrega: “ El problema de
la oposición es que tiene aun un liderazgo que lo ata al pasado y se ha quedado
sin ideas’.Cabe señalar que la nueva reelección de Evo se
lleva a cabo como consecuencia de una forzada interpretación judicial de la
nueva Constitución, y a que la campaña es muy poco competitiva debido al fuerte
ventajismo electoral del oficialismo.
Incertidumbre y volatilidad en Brasil y
Uruguay
El continuismo de la izquierda boliviana contrasta
con la incertidumbre y la volatilidad del escenario electoral brasileño y
uruguayo, luego de tres periodos consecutivos del Partido de los Trabajadores
(PT) en el primer país, y de dos gobiernos ininterrumpidos del Frente Amplio
(FA) en el segundo.
A principios de 2013 nadie habría dudado de que Dilma Rousseff tenía asegurada su
reelección (65% de la población aprobaba su gestión). Esta situación cambió
drásticamente durante las protestas de mediados de 2013 protagonizadas
principalmente por las clases medias. El malestar por el deficiente
funcionamiento de los servicios públicos, la inseguridad y la corrupción
produjeron una abrupta caída de la presidenta en las encuestas y, desde hace
meses, Dilma no logra romper el techo de 40% de intención de voto.
Por su parte, el trágico fallecimiento de Eduardo Campos, candidato
presidencial del PSB, trastocó aún más el escenario electoral: Marina Silva (seleccionada por el
PSB para ocupar el vacío dejado por Campos) desplazó aAecio Neves (candidato del PSDB)
a un tercer lugar y se convirtió en una seria amenaza para el proyecto
reeleccionista de Dilma. A parir de ese momento Marina pasó
a ser el blanco de todos los ataques, lo que llevó a que perdiese fuerza en las
encuestas.
Según el último sondeo de Datafolha, Dilma se
ha recuperado y lleva una ventaja de 13 puntos de cara a la primera vuelta (40
vs 27%). En caso de que hubiese necesidad de ir a un balotaje, existe un empate
técnico, aunque con ligera ventaja de la actual mandataria (47 vs 44%) mientras
la semana pasada era Marina quien ocupaba la delantera (46 a
44%).
En este escenario volátil e impredecible (verdadera
montaña rusa), en el que la nueva clase media (clase C) es el arbitro decisivo, cualquier
cosa puede suceder en esta ultima semana, incluso que Dilma gracias
a su remontada de ultimo momento gane en primera vuelta (algo impensable hace
un mes) o que Aecio (y noMarina) sea el que pase junto
a Dilma a una hipotética segunda vuelta.
Los tres candidatos están concentrado el foco de
sus campañas en el estado de San Pablo (el mayor colegio electoral del país),
donde hay mas indecisos que la media nacional y mas volatilidad en las
preferencias. Estamos pues ante una elección histórica en la que, por un lado,
predomina un fuerte deseo de cambio pero, al mismo tiempo, coexiste un fuerte
sentimiento de temor a perder los avances sociales logrados con el PT.
En el caso de Uruguay, la reelección alterna de Tabaré Vázquez (Presidente entre
2005 y 2010), candidato del izquierdista y oficialista FA corre peligro, ya que
ha venido perdiendo apoyo en las encuestas, pasando de una intención de voto de
45%, a comienzos de 2014, al actual 42-43%. El oficialismo que aspira a
gobernar por tercera vez consecutiva (tras la gestión del propio Vázquez,
a quien José Mujica sucedió en
2010), ve con preocupación el crecimiento en intención de voto (32-33%) de la
apuesta renovadora de Luis Lacalle Pou, del opositor Partido
Nacional (PN).
Según el último sondeo de la empresa CIFRA (24 de
setiembre), Vázquez reúne una intención de voto de 43 %,Lacalle
Pou 33% y Bordaberry (Partido Colorado) 15 %. Las
encuestas proyectan, asimismo, la dificultad creciente del FA de lograr la
mayoría propia en ambas Cámaras del Parlamento.
Para CIFRA, estos resultados muestran una
recuperación del voto del FA (que logra revertir el descenso que sufrió durante
los dos últimos meses) y la consolidación del candidato del partido Blanco como
desafiante principal. Asimismo, la necesidad de ir a una segunda vuelta
(prevista para el 30 de noviembre), cuyo resultado, según el director de CIFRA, Luis.
E. González, es “impronosticable”.
Mi opinión: la continuidad
de tres proyectos políticos de izquierda se pone a prueba en las elecciones
presidenciales de octubre. A diferencia de los comicios bolivianos, las
elecciones brasileras y uruguayas serán muy competitivas. En periodos como el
actual, de desaceleración económica regional y fuertes demandas sociales, la
hegemonía de presidentes en ejercicio (Rousseff) o de partidos preponderantes
(como es el caso del PT y del FA, que gobiernan desde hace bastante tiempo)
resultan mucho más difíciles de mantener, y por ello los triunfos en primera
vuelta empiezan a ser una excepción.
En un articulo titulado “Merito o suerte”, Capello
y Zucco identificaron los determinantes del voto en América Latina,
concluyendo que los términos de intercambio y las tasas (internacionales) de
interés son los factores que determinan no solo la riqueza de los países sino
el futuro político de los presidentes (Andrés Malamud). Si esta tesis es
correcta, la nueva etapa económica y social que vive América Latina tendrá
consecuencias directas en los resultados electorales y en la gobernabilidad de
los países de la región.
Una de las principales consiste en que las
victorias de los oficialismos, sobre todo en contextos de reelección
consecutiva, pese a seguir manteniendo ventaja, ya no son tan fáciles de lograr
como en el pasado reciente y, por ello, la necesidad de ir a una segunda vuelta
(e incluso el riesgo de perder), se ha vuelto más común, como ocurrió en la
reciente y sufrida reelección de Juan Manuel Santos en
Colombia y en la ajustada victoria del oficialista Sánchez Cerén en El Salvador.
Resumiendo: la gran
interrogante es si el nuevo contexto económico latinoamericano vendrá también
acompañado de cambios en el escenario político. Las dificultades crecientes que
enfrentan Rousseff (para ser reelecta) y Vázquez (para
regresar) parecieran sugerir que los vientos de cambio han comenzado a
soplar en la región. Empero, la recuperación de ambos en las encuestas
en los últimos días demuestra que no es sencillo ganarles a los oficialismos.
Muy pronto sabremos cuan fuerte soplan estos vientos de cambio.
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