Mediocre Crecimiento
América latina: el peligro se encuentra en caer en un mediocre crecimiento
Infolatam
Madrid, 13 de octubre de 2016
Madrid, 13 de octubre de 2016
Las claves
·
Tras dos años de crecimiento negativo (2015 y 2016), América latia no
crecerá por encima del 2% en 2017
(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. El mayor riesgo
actual para las economías latinoamericanas no es tanto quedar atrapadas en la crisis sino caer en una espiral de estancamiento económico de larga duración. Salvo excepciones
muy concretas (Venezuela tanto este año como el que viene y Ecuador y Brasil
solo este año), todos los países crecen en 2016 y lo harán aún más en 2017.
Crecen, según la CEPAL, pero a un ritmo claramente
insuficiente porque muy pocos, solo dos (Panamá y República Dominicana), lo
harán por encima del 5% que es la tasa considerada como adecuada para que los
países de la región puedan absorber las presiones sociales e ir recortando
distancias con respecto a los países más desarrollados.
La trampa de los ingresos medios
Todo apunta a que las
naciones latinoamericanas se hallan atrapadas en la conocida como
trampa de los países de ingresos medios. Debido al crecimiento económico
ocurrido durante el superciclo de las materias primas y la
fuerte entrada de capitales de los últimos años, varios países ya están
dentro de la categoría de naciones de “ingresos medios altos”.
Un estudio de los economistas Harinder Kohli y
Claudio Loser señala que los países de América Latina están inmersos
en esa trampa de los ingresos medios la cual provoca que no crezcan a los
niveles de los países avanzados.
“Esta es la experiencia de Corea del Sur. Pero muchos
países de ingreso medio no siguen este patrón. Al contrario, tienen cortos
periodos de crecimiento, compensados por periodos de contracción. Esa es la
trampa del ingreso medio, incapaz de competir con economías de bajos ingresos y
bajos salarios en la exportación de manufacturas, e incapaz de competir con las
economías avanzadas en innovaciones de alto nivel”, apunta su informe.
De hecho, América Latina, que posee una renta per
cápita media de 13.000 dólares, cuenta con el mayor número de países de
ingreso medio del mundo, según el Banco Mundial.
Como señala el economista Humberto Campodónicoel
dilema de estos países de ingresos medios reside en que “tienen
salarios demasiado altos para permitir que sean competitivos a nivel mundial en
la manufactura de bajo contenido tecnológico que depende de salarios bajos. Sin
embargo, no tienen la capacidad tecnológica, capital humano e instituciones
necesarias para poner en marcha productos más sofisticados para competir con
los países avanzados”.
El reto para continuar su desarrollo consiste en pasar de un
“crecimiento basado en las ventajas comparativas estáticas -apunta Campodónico-
a otro con ventajas comparativas dinámicas, que son resultado de políticas
explícitas: se trata de infraestructura y educación, pero también de lograr la
diversificación productiva y mejores instituciones (donde estamos en la cola)”.
La región, amparada en el auge de las materias primas
entre 2003 y 2013, vivió un periodo de fuerte crecimiento económico que ahora
no se produce debido a la bajada de los precios de las exportaciones y un
entorno mundial menos acogedor. Además, China crece a ritmo más lento, la
Unión Europea trasmite inseguridad tras el Brexit y en Estados Unidos el
fenómeno Donald Trump incrementa la volatilidad.
Esto provoca que América latina haya decrecido en
2015, lo vaya a hacer en 2016 y que para 2017 esté previsto un débil
crecimiento que no alcanzaría ni el 2%. Claudio Loser en Infolatam recuerda que
“la tasa de crecimiento de América Latina desde 2014 ha sido inferior a la de
los países avanzados por primera vez en largo tiempo. Además, el ingreso per-cápita
ha caído en 35, por primera vez en muchos años salvo 2009, con un impacto
potencial importante sobre la pobreza”.
La reformas pendientes
Latinoamérica es víctima, por lo tanto, de un entorno mundial
no muy favorable pero también de no haber hecho los deberes, las reformas
estructurales necesarias durante la época de bonanza. Una reformas
que hubieran hecho más productiva y competitiva a la economía
latinoamericana y que hubieran potenciado las inversiones públicas y
privadas a fin de mejorar el capital humano (educación) y físico
(infraestructuras).
El representante en Argentina del Banco de
Desarrollo de América Latina – Corporación Andina de Fomento (CAF)-, el
economista Rubén Ramírez Lezcano, recuerda que “todos los
países de nuestra región están saliendo de un ciclo positivo de los precios
favorables de los commodities” y corren el riesgo de caer en la “trampa
del ingreso medio”: “Es decir, tenemos que ver la posibilidad de generar
valor agregado a nuestra producción primaria, transformar el poroto de soja en
aceite, de generar mejores productos es lo que se está buscando en cada
uno de los países”.
Apostar por el capital humano, por potenciar la formación
terciaria y de posgrado, contribuye a la transformación
de la producción primaria apostándole mayor valor añadido.
Invertir en infraestructura favoreciendo la conectividad
facilita el tránsito de mercancías hacia los mercados
exteriores y ayuda a encardinarse en la cadenas productivas internacionales.
Luis Porto, asesor principal de Estrategia
y Desarrollo organizacional de la OEA: “¿Cómo se sale? Diversificando.
Cuando un país tiene un producto y vive de él, ese país se radicaliza, es muy
conflictivo y el que gana se queda con todo porque hay una sola fuente de
generación de riqueza”.
Además, los países latinoamericanos se han centrado en
la mayoría de los casos en un solo producto de exportación y en escasos
mercados hacia los que exportar, olvidando el comercio intraregional.
Luis Porto, asesor principal de
Estrategia y Desarrollo organizacional de la OEA, lo explica muy
didácticamente: “¿Cómo se sale? Diversificando. Cuando un país tiene un
producto y vive de él, ese país se radicaliza, es muy conflictivo y el que gana
se queda con todo porque hay una sola fuente de generación de riqueza”.
Los países de la región no aprovecharon tampoco la
coyuntura de auge para construir Estados más eficaces y eficientes ni para dar
mayor valor añadido a las exportaciones que siguen basadas en materias primas
sin elaborar.
En ese sentido, el director regional para América
y El Caribe del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo
(IDRC), Federico Burone, subraya que “la desaceleración de la
economía regional y la tendencia a la baja que registra la inversión privada
lleva a las naciones latinoamericanas a la denominada trampa del ingreso
medio. Es importante que el Estado interactúe con los diferentes actores
económicos para diseñar políticas públicas innovadoras y sostenibles, que
impulsen la productividad, la competitividad, la diversificación de las
exportaciones y el crecimiento inclusivo”.
El futuro de la región pasa también
por potenciar una industria de I+D (Innovación y
Desarrollo) con capacidades de innovar que permita desarrollar nuevos
productos en áreas avanzadas. Es decir que empresas como Embraer en Brasil
o las agroindustriales en Chile y Argentina, que han apostado por ser más
productivas y competitivas introduciendo mayor valor agregado, no se conviertan
en una excepción sino la norma en América latina.
Comentarios
Publicar un comentario