¿Hambrunas en el horizonte?
Es un tema de actualidad y
para tomar en cuenta por lo que transcribo en su totalidad. Para mí el tema es
de suma importancia:
¿Hambrunas en el horizonte?
Por: Mauricio Botero Caicedo
Tres de las principales zonas productoras de alimentos
en el mundo —no necesariamente por las mismas razones— están atravesando
problemas en su producción agrícola.
Por un lado están Estados Unidos y la India, ambos países sufriendo
sequías. Por otro lado está Brasil, que además de padecer un período prolongado
de lluvias, está enfrentando reducción en la demanda por sus productos
agropecuarios, principalmente a causa de la desaceleración de la economía
global.
El caso de
Estados Unidos es el más dramático: como resultado de los buenos precios en los
últimos dos años, los agricultores del Midwest se volcaron a sembrar maíz,
desplazando áreas de soya y algodón. (Este hecho confirma la “sabiduría
convencional” en el sentido de que el mejor fertilizante son los buenos
precios). Los agricultores sembraron temprano, y en mayo el Departamento de
Agricultura de EE.UU. calificó la cosecha del 2012 como “récord”. Lo que nadie tuvo
en cuenta es que las lluvias de junio y julio no llegaron, y aunque agosto
termine siendo un mes lluvioso, ya el 75% de la cosecha de maíz está afectada.
La de soya, por el contrario, tiene algunas posibilidades de salir adelante si
las lluvias llegan este mes.
¿Pero por
qué esta sequía en Estados Unidos, la mayor en los últimos cincuenta años,
puede tener repercusiones globales? La razón es que en el Midwest produce
aproximadamente la mitad del maíz y el 40% de la soya que entra a los mercados
mundiales. De la producción total de maíz en EE.UU., aproximadamente un 30% se
utiliza en el engorde de animales, otro 30% en la fabricación de etanol, y otro
30% se exporta. El consumo humano, en maíz y jarabe, no llega al 10%. Por ahora
lo que se ha reducido de manera importante es la producción de etanol, que a su
vez ha forzado a disminuir el porcentaje de este combustible que se mezcla con
la gasolina de origen fósil. Dado el aumento de precios, muchos productores de
carne no han visto la oportunidad de pasarles los mayores costos del maíz y
soya al consumidor, y han reducido su actividad. En un futuro inmediato, esta
reducción se reflejará en mayores precios de los productos cárnicos.
En el caso
de la India, la débil temporada de lluvias monzónicas, que normalmente empiezan
en junio, no sólo ha alterado la oferta de productos agrícolas, sino que ha
dejado a los campesinos sin dinero para comprar las joyas de oro que juegan un
papel central en las bodas indias. Según economistas de UBS: “Las lluvias
podrían reavivarse en agosto, pero la ausencia de agua y la falta de siembras
son suficientes para socavar la producción agrícola de esta temporada y reducir
la economía general del país en cerca del 0,6%”.
El sector
agrícola brasileño cayo el 5,9% durante el segundo trimestre del año. Esta
caída se debe a dos factores: en primer término el exceso de lluvias contribuyó
de manera importante en el descenso de los derivados de la caña de azúcar
(azúcar refinada y etanol), cuya producción decreció 32,4%, y del tabaco con 16,9%.
Los problemas climáticos, según reciente informe de la revista The Economist
(agosto 4/12), igualmente han afectado las producciones de trigo en Rusia y en
Ucrania, y las de soya en América del Sur.
Dadas las
poco alentadoras noticias a nivel mundial, la pregunta de fondo es si estamos
al borde de una hambruna. Para quien escribe esta nota, no pareciera ser el
caso. Sin la menor duda se van a ver mayores precios del maíz, la soya, y el
trigo. Pero estos mayores precios del maíz y la soya van a representar una
disminución en la producción de etanol de maíz como de biodiésel de soya. La
producción de proteína animal va a disminuir y los precios de la carne a
aumentar. Lo que sí es preocupante es que las sequías y las inundaciones, a la
luz del cambio climático, dejen de ser la excepción y se conviertan en la
regla.
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