UNA LECTURA PARA ENTENDER MEJOR LA CRISIS QUE EXISTE EN EUROPA. CONSTE QUE EN AMERICA DEL SUR VIVIMOS EL AUGE DE LA ECONOMIA:
Los banqueros de Fráncfort lo achacan a que, en los países con
precios más altos, se aprobaron reformas estructurales de los mercados
de trabajo y de productos. En concreto, cita los casos de Alemania, Holanda y
Austria, mientras que reformas relativamente “más tímidas” explican la
existencia de niveles de inflación más elevados en Grecia, España y Portugal.
En su opinión, “las rigideces en los salarios reales pueden haber contribuido a
la persistencia de los diferenciales de inflación en Bélgica, España y
Luxemburgo debido a las cláusulas de indiciación salarial”.
LOS EXCEDENTES Y LOS IMPUESTOS SE COMEN LA MODERACIÓN
SALARIAL
¿Quién tiene la culpa de la
inflación? El BCE apunta a los gobiernos y las empresas

Lo que en la
calle es una evidencia -la convergencia del coste de la vida entre
España y la UE-, en el mundo erudito es ya una constatación empírica. El
Banco Central Europeo (BCE) acaba de publicar un estudio en el que concluye que España, Grecia y
Portugal son los países en los que la convergencia en el nivel de precios
ha sido mayor desde el nacimiento de la moneda única.
¿Qué quiere
decir esto? Pues que desde la irrupción del euro, los tres países periféricos
han sufrido fuertes presiones inflacionistas. En unos casos, por problemas
económicos internos debido a problemas de competitividad; pero en otros,
por el propio diseño del euro, que ha acelerado la convergencia en precios. En
palabras del BCE, los países cuyo nivel de precios era “relativamente bajo” han
registrado tasas de inflación relativamente “más altas”, como es el
caso, por ejemplo, de Grecia, España y Portugal. Muy al contrario, Luxemburgo e
Irlanda son los dos únicos países en los que el nacimiento del euro provocó un
descenso de sus precios internos.
El aumento
de la inflación en los países periféricos tiene mucho que ver con su diferente posición
cíclica -el PIB subió más porque el euro trajo consigo una caída de los tipos
de interés sin precedentes-, aunque también por un hecho incuestionable.
Tanto los beneficios empresariales como los costes laborales
crecieron en los periféricos mucho más que en los países centrales del euro.

Existe, sin
embargo, otra variable que a menudo se obvia, pero que tiene una importante
influencia sobre la inflación. Son los llamados ‘precios administrados’,
es decir, los que dependen de los gobiernos a través de los impuestos o
las tarifas reguladas. Y en ese caso, vuelven a destacar los países
periféricos debido a que son, precisamente, los que han tenido que subir más
los impuestos para ajustar sus desequilibrios fiscales. En concreto, dice el
BCE, este aumento de la presión fiscal afectó considerablemente en los últimos
años a Grecia, España y Portugal y, en menor medida, a Italia y Finlandia.
Nóminas para
pagar impuestos
¿Cómo han compensado
esos países la pérdida de competitividad derivada del alza de la inflación?
Pues ni más ni menos que reduciendo sus costes laborales. En palabras del BCE,
“en contraposición con las medidas públicas [subida de impuestos]”, la
evolución relativa de los costes laborales unitarios nominales ha sido “un
factor clave en el reequilibrio de los diferenciales de inflación, al tratar
los países de mejorar la competitividad”. Quiere decir esto que se han
producido unas trasferencia de las nóminas hacia el sector público para
recuperar la competitividad perdida vía inflación. O lo que es lo mismo, la
moderación salarial se la ha comido el alza de impuestos, en particular los
indirectos.
En el caso
español, este fenómeno es palmario. Mientras que los costes laborales en la
zona del euro han aumentado un 1,9% anual entre 2008 y 2012 -los años de la
crisis-, en España han caído en picado, básicamente por los avances
en productividad, ya que el ajuste se ha hecho vía destrucción de empleo. Han
descendido, en concreto, un 1,9%, lo que explica una desviación
positiva respecto de la media. En ningún otro país de la eurozona ha
ocurrido algo similar. No es casualidad que hayan sido Irlanda, Grecia y
Portugal -junto con España- los países en los que los costes laborales hayan
crecido por encima de la media, siendo Italia el país en el que más se han
incrementado pese a la crisis, 2,5% por encima de la media.
¿Y si los
costes laborales no han subido, por qué aumenta la inflación? El estudio de BCE
pone el foco no sólo en decisiones del Gobierno, sino también en los beneficios
empresariales. Según sus datos, entre 2008 y 2012 el excedente bruto de
explotación creció en media anual un 0,1%, mientras que, en España, por el
contrario, el aumento se situó 1,3 puntos por encima de la media europea.
Sólo en Grecia se ha producido un avance de los resultados empresariales tan
pronunciado, 1,7 puntos por encima de la media.
La
conclusión que saca el BCE es que “el reequilibrio de los diferenciales de
inflación” requiere que los progresos logrados -mediante la contención
salarial- “no queden absorbidos por un aumento de los márgenes de
beneficios”.
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