LA DICOTOMÍA ESTADO- MERCADO
LA DICOTOMÍA ESTADO-
MERCADO
Pedro Hinojosa P.
Economista
A pocos días de la realización de la gran cumbre política
promovida por la iglesia y donde cuestionan el actual modelo económico y existe
consenso para la elaboración de otro se hace imprescindible la reflexión
de un tema central como es la cuestión:
Estado – Mercado. Su importancia radica en el hecho de que a través de estos
dos conceptos se formulan todas las políticas
económicas y por consiguiente los modelos.
Al analizar las diversas formas de organización económica
que se han sucedido desde el neolítico, observamos la presencia constante de
dos tipos de instituciones, estado y mercado, que conviven en una tensión
dialéctica. Son dos sistemas opuestos y en conflicto pero que se necesitan
mutuamente.
Entendemos aquí al mercado como la forma de adoptar
decisiones económicas (qué y cómo producir,
cómo distribuirlo) mediante acuerdos entre individuos que defienden sus
intereses particulares con mayor o menor capacidad de influir en el resultado.
El estado, por el contrario, es una organización con capacidad coactiva, que
intenta monopolizar el uso de la violencia, con el fin de imponer decisiones
económicas a los individuos.
Se
suele asociar también el mercado a la libertad en la adopción de decisiones y
el estado a la imposición de decisiones. Sin embargo hay ciertos mercados, los
monopolios por ejemplo, extremadamente coactivos, mientras que los estados
pueden utilizar su poder regulador precisamente para establecer unas reglas de
juego libre en los sistemas de adopción de decisiones. En cualquier caso, en
todas las sociedades, con algunas efímeras excepciones, han convivido y
conviven ambas instituciones. Parecen necesitarse y complementarse mutuamente.
Una frecuente explicación de acontecimientos históricos suele ser la aparición
de graves desequilibrios entre ambas instituciones que conducen al
debilitamiento frente a las amenazas exteriores.
A pesar de este razonamiento
teórico, en la práctica, los resultados fueron diferentes. La concentración de
las riquezas en unos pocos y el aumento de la pobreza y la marginalidad en la
mayoría de la población, pusieron de manifiesto que la mano invisible parecía
que tenía preferencia por determinados sectores económicos, a los cuales
beneficiaba sobre los demás. Esta situación hace que surja una corriente
ideológica demandando que la mano invisible del mercado fuera sustituida por la
mano visible del Estado. Se defiende entonces que el Estado asuma el rol de
motor de la economía y el organizador y regulador de los agentes económicos y
de sus actividades, como forma de lograr una mejor distribución entre los
distintos sectores de la población de los bienes y servicios socialmente
producidos.
Más Estado y menos mercado es lo
que debe imponerse inicialmente, tomando en cuenta el costo social que pago la
sociedad por la vigencia de casi dos décadas de un neoliberalismo llevada
ultranza y con resultados nada satisfactorio.
La experiencia volvió a demostrar
que el mercado y el Estado son dos manos que tienen que complementarse. La
iniciativa privada y el mercado han producido en muchos países un crecimiento
económico, más no un desarrollo. Hay más bienes y servicios, el Producto
Interno Bruto crece, pero las desigualdades sociales permanecen, y a veces se
acrecientan. Y esto sucede porque el crecimiento económico es condición
necesaria pero no suficiente para que se produzca un verdadero desarrollo y
porque el mercado por si mismo no produce equidad, justicia y solidaridad.. El
crecimiento tiene un rostro humano cuando se ejecutan políticas sociales que
logran una justa distribución de las riquezas, y esto tiene que hacerse desde
el Estado. Junto a la mano invisible del mercado es imprescindible la mano
visible del Estado.
En la actualidad todos los economistas estamos de acuerdo
en la necesidad de que pervivan ambos sistemas, pero mantenemos graves
discrepancias sobre qué proporciones relativas deben mantener ambas
instituciones o si determinadas decisiones deben ser tomadas por uno u otro
mecanismo. Finalmente será la coyuntura la que indique en que momentos será
mayor la presencia del estado y en que momentos el mercado.
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