El uso del suelo en Bolivia

Desde la década de los cincuenta a los sesenta, el aumento de producción agrícola latinoamericana se logró fundamentalmente por expansión del área cultivada. La superficie cosechada en América Latina se expandió de 53 millones de hectáreas (1950) a 93 millones de hectáreas en 1975, con un incremento medio anual del 2.3%.




Cifras presentadas por la CEPAL señalan que:


• 7.5% de la superficie en América Latina es arable.


• 1.5% se usa en cultivos permanentes.


• 28% son pastizales.


• 48.2% bosques.


• y el resto tiene otros usos.


Las primeras se incrementan en más de 30.4 millones de hectáreas Las superficies dedicadas a pastos aumentan de 529.6 millones a 563.5 millones de hectáreas. La tendencia opuesta se da con respecto a las superficies boscosas, que se reducen de 1 039 millones a 967 millones de hectáreas. El área dedicada a cultivos permanentes ha aumentado levemente y la ocupada por otros usos queda prácticamente inalterada.


En lo que se refiere al país se cuenta con la siguiente información por regiones:


REGION REGION ECOLOGICA SUPERFICIE (km²)




I. AMAZONICA 1. Amazónica Pandina 74.134


2. Llanura Beniana






3. Llanura Subtropical


203.726






II. CHIQUITANIA 1. Escudo Precámbrico 214.271


III. CHAQUEÑA 1. Chaco






2. Pie de Monte Seco


193.110


IV. ANDINA 1. Cordillera Occidental (Volcánica) 45.459


2. Altiplano 62.388


3. Cordillera Oriental (Paleozoico)






4. Subandino (Valle Alto y Bajo)


216.954


5. Pie de Monte Húmedo 88.539


TOTAL (km²) 1.098.581


Fuente: Memoria Mapa Forestal de Bolivia – MDSMA, 1995








De los cuales la superficie agrícola en Bolivia, según estadísticas era de 3.350.911 hectáreas, es decir, representa un 3.05% de la superficie total del territorio. Esta superficie está distribuida de la siguiente manera:


• 1.200.000 ha. en barbecho


• 1.840.911 ha. en cultivos (1998)


• 250.000 ha. en pastos cultivados


• 38.000 ha. con coca (actualizado)


El uso de la tierra es de la siguiente manera:




CONCEPTO SUPERFICIE TOTAL




(km²) SUPERFICIE


Hectáreas %


Tierras de cultivo


Pastizales y/o chaparral


Bosques


Tierras húmedas y/o inundadas


Extensiones con agua


Tierras áridas


Nieve y hielo permanente


Rasgos culturales


33.509


338.307


534.441


27.905


16.370


145.400


2.477


172


1.098.581 3.350.911


33.830.700


53.441.182


2.790.500


1.637.000


14.540.000


247.700


17.200


109.858.100 3,05


30,79


48,65


2,54


1,49


12,23


0,23


0,02


100,00


Fuente: GEOBOL 1978. Tierras de cultivo cifra aproximada actualizada a 1998.








Según otras fuentes (www.cia.gov/library/publication/theWorldFactbook), señalan datos estadísticos casi similares:


• Tierra cultivable: 2,78%


• Cultivos permanentes: 0,19%


• Otros: 97,03% (2005)


Estas tres variables contienen los porcentajes de la superficie total de tres tipos diferentes de uso de la tierra:


• tierra cultivable - tierras de cultivo para cultivos como el trigo, el maíz y el arroz que son replantados después de cada cosecha.


• los cultivos permanentes - las tierras cultivadas de los cultivos como los cítricos , el café y el caucho que no son replantados después de cada cosecha, se incluye la tierra debajo de los arbustos con flores, árboles frutales, nogales y vides, pero excluyen las tierras plantadas con árboles destinados para leña o madera.


• otros - toda la tierra no cultivable o con cultivos permanentes; incluye praderas y pastos permanentes, bosques y selvas, terrenos con construcciones, carreteras, tierras abandonadas, etc.


De acuerdo a técnicos del Ministerio de Agricultura, en el país existen actualmente 53.444.182 hectáreas de bosques equivalentes al 48% del territorio nacional. En 1975 la superficie de estos bosques era de 56.468.400 hectáreas, o sea en 18 años ha disminuido 3.024.218 hectáreas.


Se establece que decremento es atribuida a la expansión de la frontera agrícola en las tierras bajas del Este de Bolivia, por ser la región con los mejores suelos de aptitud agrícola que tiene el país. Por lo tanto se puede deducir que, a la fecha el decremento de bosques es mucho mayor. De la misma forma, el potencial de las tierras por departamentos es la siguiente:








POTENCIAL SUPERFICIE (km²) Del Total de la Superficie de Bolivia DISTRIBUCION POR DEPARTAMENTOS SUPERFICIE (km²) A nivel Departamental SUPERFICIE (Ha.) A nivel Departamental % DEL TOTAL DE LA SUPERFICIE DE BOLIVIA


1. Agricultura Santa Cruz


54.900 5.490.000 5,00


Extensiva e Cochabamba


32.940 3.209.400 3,00


Intensiva 164.700 La Paz


21.960 2.196.000 2,00


Oruro, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Beni, Pando 54.900 5.490.000 5,00


2. Ganadería






329.400 Tierras Bajas, Pampas, Sabanas y Monte del Chaco 175.680 17.568.000 16,00


Tierras Altas Montañosas y Altiplano 153.720 15.372.000 14,00


3. Forestal 573.156 573.156 57.315.600 52,20


4. Ríos, Lagos y Lagunas 14.745 14.745 1.474.500 1,29


5. Nieve, Arenales y Salares 16.580 16.580 1.658.000 1,51


TOTALES 1.098.581 1.098.581 109.858.100 100,00




Fuente: Memoria Mapa Forestal de Bolivia – MDSMA, 1995




Esta información nos permite sacar algunas conclusiones que todavía mantienen su validez y sirve para realizar planificaciones en lo que respecta a la agricultura:


• Santa Cruz tiene un potencial de 5.490.000 ha. de tierras con aptitud para agricultura extensiva e intensiva, el mayor potencial del país.


• Cochabamba tiene un potencial de 3.209.400 hectáreas


• La Paz con 2.196.000 ha. con tierras aptas para agricultura extensiva e intensiva.


• Oruro, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Beni, y Pando en conjunto cuentan con 5.490.000 ha, de tierras aptas para agricultura extensiva e intensiva, la misma superficie con la que cuenta Santa Cruz.


• El potencial ganadero del país no se encuentra utilizado en la verdadera magnitud e importancia de acuerdo al potencial existente


• Están bajo cultivo 3.350.911 ha., 3% de la superficie total del territorio, existiendo un potencial de uso tanto para agricultura intensiva y extensiva de 16.470.000 ha., 15% de la superficie total del territorio, es decir que existe una subutilización de 13.119.098 ha., 12% de la superficie del territorio que pueden ser utilizadas en diversas formas de agricultura.


• En pastizales, en cambio, existe un sobre uso, ya que en uso actual hay 33.830.700 ha., 31% de la superficie del territorio, siendo el uso potencial de 32.940.000 ha., 30% se la superficie del país, existiendo un sobre uso de 890.700 ha., 1% del total de la superficie de Bolivia.


• El país tiene vocación de uso potencial forestal; en uso actual existe una subutilización ya que en bosques hay 53.444.182 ha., 49% de la superficie del territorio, sin embargo, la vocación forestal es de 57.315.600 ha., 52% del territorio, o sea 3.871.418 ha., 3% de tierras para utilización forestal.


Actualmente en Bolivia se cultivan alrededor de 2,9 millones de hectáreas (2008), de las cuales más de 2 millones están en Santa Cruz. Si el potencial en el país es de 109.858.100 hectáreas se podrá observar que existe mucha superficie para aprovechar.


Dada la complejidad de la cadena de producción agrícola, el GCE (Grupo de Cooperación en materia de Evaluación) de los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), establece que un enfoque multifacético es clave para aumentar la productividad, identificando seis áreas en las cuales pueden los países:


• Invertir en investigación: generar mayores tasas de rendimiento a través de la investigación, aunque la eficacia de invertir en esto dependerá de que la tecnología apropiada llegue a los productores agrícolas.






• Acceso al agua: gestionar eficazmente el agua y el riego puede aumentar drásticamente la productividad. Sin embargo, los evaluadores del BMD concluyen que hasta la fecha sólo un pequeño porcentaje de las tierras agrícolas cuenta con sistemas de irrigación en muchos países en desarrollo.










• Acceso al crédito: los ingresos deficientes y el acceso limitado al crédito impiden el crecimiento, en especial en economías basadas en la agricultura, alerta el GCE, agregando que las instituciones internacionales desempeñan una función importante en facilitar el acceso al crédito a través de programas de financiamiento rural. Pero la sostenibilidad más allá de la vigencia del proyecto continúa siendo un desafío.






• Acceso a la tierra y derechos sobre la tierra: la tenencia de la tierra otorga a los agricultores derechos sobre un activo importante con dos beneficios esenciales, alentar la inversión a largo plazo en las tierras y facilitar el acceso al crédito al brindar una garantía, impulsando las actividades de desarrollo rural.






• Crear caminos: otro impulso a la actividad del agro vendría de la construcción de caminos. De hecho, el Banco Mundial prevé mayores rendimientos en la productividad agrícola mediante inversiones viales.










• Agroindustria: en este contexto, el GCE propone que una mayor productividad dependería en gran medida de marcos y políticas propicias para las empresas agrícolas, la agroindustria y los mercados.


Las instituciones internacionales pueden cumplir un rol más importante en facilitar la mejora de los mercados y de las cadenas de suministro, a la vez que procuran un mejor aprovechamiento del rol del sector privado, dicen los evaluadores que cooperan con el Banco Mundial, añadiendo que los factores institucionales son esenciales para la efectividad de estos seis pasos. Entre ellos, destacan el compromiso de los clientes, la capacidad nacional y el buen ejercicio del poder.


Todo nos indica que existe suficiente superficie para cultivar pero lo primordial es el incremento de la productividad. La “productividad agrícola de una región es importante por varios motivos aparte de las ventajas evidentes de ser capaces de producir más alimento. Aumentar la productividad de las explotaciones mejora las posibilidades de crecimiento y competitividad en los mercados agrícolas, así como las posibilidades de ahorro y la distribución de la renta.


El incremento de la productividad de una región genera una ventaja comparativa en los productos agrícolas, con lo cual la región será capaz de producir la misma cantidad de producto a un coste menor que otras regiones competidoras. Por lo tanto, la región aumenta su competividad en el mercado mundial, atrayendo más consumidores y aumentando el nivel de vida de sus habitantes”. (Productividad agrícola, Wikipedia). Al respecto el país presenta los indicadores más bajos respecto a la misma, como ejemplo se presenta los siguientes gráficos:


FUENTE: FAO. Anuario de Producción. 1996.
Para que exista una baja productividad existen diversos factores, como la escasa introducción tecnológica; la baja cobertura de servicios de asistencia técnica; la dificultad de acceso a servicios financieros rurales; problemas de comercialización agropecuaria; dificultades relacionadas con la sanidad agropecuaria e inocuidad alimentaria; insuficiente e inadecuada infraestructura para la producción; débil organización de productores con visión empresarial; limitaciones institucionales públicas y privadas; y deterioro de la base de recursos naturales y la biodiversidad.



Se observo en los anteriores gráficos que en la mayoría de los productos agrícolas, en lo que respecta a la productividad no llegamos siquiera al promedio general de los países del área andina. Entonces queda mucho trabajo por delante teniendo sobre todo como estimulo los precios que se mantendrán altos durante mucho tiempo.

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