LA AGRICULTURA EN LA ECONOMIA



Nota: Es parte de un trabajo mas amplio

LA AGRICULTURA EN LA ECONOMIA
PEDRO HINOJOSA
1.- Antecedentes.- En Bolivia la agricultura  es uno de los sectores más importantes de la economía nacional, porque desde hace más de 50 años que ocupa casi el 40% de la población, asimismo,  genera el 56% de ocupación en mano de obra y continúa aportando solamente al PIB nacional con una constante casi invariable de 16% mientras que la población, incesantemente continua  aumentando.

Sin embargo es uno de los sectores de la actividad económica que merece un injusto abandono por parte del Estado y de los Municipios, este aspecto redunda en que la mayor pobreza este ubicado en el área rural. Recientemente con la escasez de alimentos que se presenta en forma más continua podemos advertir de la verdadera importancia que debe merecer.

Sabemos que tenemos un gran potencial no explotado por el constante abandono de la gente del área rural quedando extensas tierras sin cumplir una función social y,  es que no sea adrede sino, es que,  no existen las mínimas condiciones para producir.

Los municipios están más involucrados en pequeños golpes de estado que en proporcionar condiciones como ser mejora de vías de acceso, riego o asistencia técnica y/o  completar la electrificación rural. Es pura retórica ese slogan de municipio productivo.

Entonces es imperioso que los municipios garanticen mínimamente también el suministro de agua,  obtener y proporcionar un sistema de precios actualizado a los productores para poder incitar en el cultivo que consideren más rentable en el mercado.

Pero también el estado no suministra los ingredientes necesarios para provocar la producción agrícola. “Para enfrentar, la prioridad en materia de políticas públicas debería ser la creación de empleos, tanto en la agricultura como en la economía rural no agrícola. Los ingredientes básicos de una economía rural dinámica son una agricultura en rápido crecimiento y un clima favorable para la inversión” (Banco Mundial, 2008).

Mientras no existan políticas de desarrollo agropecuario viables dejando de lado la letra bonita,  está lejos,  el abastecimiento seguro y abundante en los mercados. 

En tanto que,   el cambio climático hará de las suyas y los pobladores urbanos mientras  no posean conciencia de lo que es vivir y trabajar en el campo no pueden manifestarse con interpelaciones y  deben consumir  en mutis lo que existe en el mercado y al precio del día porque tampoco existirá expectativa de elección.

Si queremos evitar una inflación vía precios de los alimento debemos encarar  seriamente políticas agropecuarias de acuerdo al tipo de clima y de incito a esta actividad.
Según el sexto Informe Nacional sobre Desarrollo Humano, 2.3 millones de ciudadanos de esta condición económica son “vulnerables” y corren el riesgo de caer en la pobreza. Además indica que tres de cada diez bolivianos viven en la extrema pobreza.
De acuerdo a este informe en Bolivia se establece que seis de cada diez bolivianos viven en la pobreza y tres de cada diez viven en la extrema pobreza, lo que retrata a un país profundamente desigual. Asimismo se establece que el país necesitará más de cinco años para superar los índices negativos de pobreza, la desigualdad y la exclusión social, por lo que espera que el Gobierno ejecute programas y planes dirigidos a un adecuado sistema de salud, educación y empleo.
“Se debe ajustar todas las políticas públicas para garantizar de manera universal las condiciones mínimas para una vida digna donde todos tengan acceso a una educación de calidad y a un sistema de salud adecuado, un trabajo estable y bien remunerado”, Según este informe.
En ocho años, la clase media de la población boliviana aumentó, pero el ascenso  social que se ha registrado entre 1992 y 2007 es vulnerable según el informe sobre Desarrollo Humano. Los estratos medios crecieron del 30% al 36% de la población y representan a 3,6 millones de ciudadanos. Sin embargo, los expertos del PNUD evalúan que cerca de 2,3 millones de estas personas corren el riesgo de recaer en la pobreza. De la misma manera se detectó que  la concentración de la riqueza en Bolivia todavía está en pocas manos. El 20 por ciento de la población más rica acapara más del 60 por ciento de los ingresos, mientras que el 20 por ciento más pobre sólo alcanza a recibir el 2 por ciento.
2.- Introducción.- El sector agropecuario presenta un  descenso gradual en su aporte al PIB. A pesar de ese descenso ocupa un lugar importante en el mismo por el hecho de que una parte de la población  vive de ella.



Evolución de superficie y volumen de producción (1997-2008)
Rubro
Superficie (HA)
Producción ™

1.997
2.008
1.997
2.008
Cereales
754.025
1.007.062
4.248.690
2.422.920
Estimulantes
24.000
38.851
23.417
32.917
Frutas
87.975
106.675
814.074
880.637
Hortalizas
94.115
101.670
290.724
278.101
Industriales
773.610
1.394.974
5.276.803
9.923.339
Tubérculos
174.620
211.736
1.190.688
1.203.259
Forrajes
94.200
99.046
316.690
329.239
TOTALES
2.004.542
2.962.022
12.163.083
15.072.420






Fuente: Elaboración propia en base a datos del INE, Encuesta Nacional Agropecuaria 2008.

Como consecuencia de Políticas Agropecuarias equivocadas precisamente cuando existe un encarecimiento y escases de productos agrícolas, es que se advierte una reducción en la superficie  producida para el año 2010 a 2.7 millones de hectáreas, consecuentemente,  los volúmenes de producción agrícola registraran una disminución importante estimada entre  1.1 y  1.7 millones de T.M. menos, es decir, existió un desincentivo a la producción agrícola desde el instante que coexistió una confrontación política del gobierno con la región de Santa Cruz (2.007) y donde inexcusablemente se puso en entredicho la propiedad agrícola. Pero también cambiando visiones se puede revertir por lo que todo es perfectible.


A nivel nacional,  en 10 años (1997-2007)  se puede percibir un incremento de la producción en 23% y un aumento de la superficie en 47%  que, por supuesto es insuficiente frente al incremento de la población. Estos datos confirman el poco apoyo que tiene el sector. Aquí juega un rol importante los rendimientos agrícolas.

El aporte agropecuario nacional al PIB tuvo el siguiente desempeño:


De los cuales el aporte de Santa Cruz al país durante el año 2010 es del 43% aproximadamente;  para el efecto cultivaron en una superficie de 1.81 millones de hectáreas con una producción de 9.33 millones de toneladas.

La productividad agrícola se mide como el cociente entre la producción y  los factores productivos (en este caso la superficie). La productividad agrícola es importante por varios motivos aparte de las ventajas evidentes de ser capaces de producir más alimento. Aumentar la productividad de las explotaciones mejora las posibilidades de crecimiento y competitividad en los mercados agrícolas, así como las posibilidades de ahorro y la distribución de los ingresos.

Según Jemio y Andersen los productos agrícolas que abarcan el 80% de la superficie sembrada, siendo los más importantes la soya, con el 37,9% del área total, y el maíz con 14%. Los mayores rendimientos sin embargo corresponden a la papa (5.4 TM/hectárea). La soya y el girasol presentan elasticidades ligeramente mayores a la unidad, lo que muestra que la expansión de la producción de estos cultivos ha requerido la incorporación en forma proporcional, de superficie de tierra adicional, por lo que el rendimiento ha permanecido constante. Otros productos como el trigo, maíz, y arroz presentan elasticidades más bajas. La menor elasticidad es la de la papa (0,025), lo que implica que las variaciones en la producción de este producto, hacia arriba o hacia abajo, se ha dado a través de cambios en el rendimiento, permaneciendo la superficie sembrada prácticamente constante a través del tiempo.


El clima es un recurso natural que afecta a la producción agraria. Su influencia en un cultivo determinado, no depende sólo de las características climáticas de la localidad en que esté situado, sino también en gran medida de las condiciones en que se desarrolla la producción. Es decir, tiene tanta importancia el nivel de exposición del cultivo al clima, como el nivel de vulnerabilidad.

La demanda de la mayoría de los productos agrícolas es de naturaleza inelástica y bastante estable de año en año, debido a que el cambio en los gustos de los consumidores tiene lugar de forma más lenta. Esto hace que la variación en el rendimiento agrario, al producir cambios importantes en la oferta de dichos productos, puede provocar también importantes variaciones en los precios de mercado.

En el mismo trabajo de investigación realizada por Jemio y Andersen nos puntualizan aspectos estructurales que deben ser tomados en cuenta y que se reproduce casi en su integridad:

·         Las tendencias demográficas de la población boliviana prevén un crecimiento de la población a tasas decrecientes, así como una creciente urbanización de la misma en el largo plazo.
·         El nivel de ingreso per cápita se incrementará en forma importante, convirtiendo a Bolivia en un país de ingresos medios-altos.
·         Para que suceda lo planteado en el punto anterior, es necesario que se produzca un incremento sostenido en la productividad del trabajo y consecuentemente en los salarios reales.
·         También es necesario que se incremente en forma sostenida las tasas de inversión y de innovación tecnológica, lo cual permitirá alcanzar los incrementos en la productividad mencionados. Este aumento en la productividad es también necesario, dado que la tasa de crecimiento de la población se irá reduciendo paulatinamente.
·         El progreso tecnológico también permitirán incrementar la productividad de la tierra y por lo tanto también reducir el área deforestada.
·         Será necesario también crear mayor empleo en sectores que generen un mayor valor agregado y por lo tanto permitan absorber el elevado desempleo y subempleo que caracterizan en la actualidad el mercado de trabajo en Bolivia.

De acuerdo a últimos informes respecto sobre Índice de Hambre Global [IHG] se indica que el país en su conjunto presenta deficiencias respecto a la alimentación ya que ocupamos el último lugar en Sud América. Asimismo si tomamos en cuenta los índices de pobreza también se observa que nos falta mucho por mejorar.

El rubro más importante dentro la agricultura constituye los cultivos con una media de 67%, le sigue la ganadería con una media de 28% y los otros sectores con un 5%. La agricultura no comercial representa un 75% y se desarrolla principalmente en el altiplano y valles, en pequeñas parcelas, en los cuales viven aproximadamente 700.000 familias campesinas.

La agricultura comercial contribuye con el 25 % restante y se desarrolla en el oriente boliviano, en grandes extensiones de tierra, escasamente pobladas. La productividad es baja comparada con las observadas en los países vecinos. El diferencial tecnológico muestra una brecha significativa para la mayoría de los cultivo, lo cual representa una posición muy desventajosa frente a dichos países, en términos de competitividad comercial, es concluyente que la baja productividad de la mano de obra rural y la baja productividad de la tierra explican en lo fundamental que el 94% de la población rural dedicada a las actividades agropecuarias viven en condiciones de pobreza y de este porcentaje el 34% vive en condiciones de pobreza extrema, lo cual significa que ni siquiera alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas nutricionales.

Parte indisociable de la problemática socio - económica constituye la permanente degradación de las cuencas hidrográficas y de los suelos. Se estima entre 35 y 41% la superficie afectada por la erosión en el ámbito de la agricultura campesina y la deforestación y deterioro de los bosques en alrededor de 80 mil has/ año.

A nivel de la región de Cochabamba el aporte respecto a la superficie cultivada representa el 7% del total nacional y en cuanto a la producción es el 5.4%. De todas formas presenta problemas que son específicos y se refieren a la restricción de agua y tierra, escases de algunas semillas, inestabilidad de precios, falta de apoyo municipal a las actividades agrícolas pese a que la mayoría de estos municipios pregonan el slogan de municipio productivo, uno a la distancia se percata la deficiente infraestructura respecto al acceso de los lugares productivos, falta total de investigaciones agrícolas y en especial referidas a los problemas que acarrea el cambio climático, otro problema importante es el constante aumento de los insumos agrícolas y el continuo cambio de los mismos y finalmente el factor que más afecta es el paulatino despoblamiento de las zonas rurales.
Cultivo de productos agrícolas en las laderas por Toralapa

Pese al cambio climático que estamos sufriendo y que afecta de manera tremenda a los agricultores y sus cultivos podrá observarse que la agricultura en la economía es importante, primero por el efecto multiplicador que origina esta actividad y segundo por la dotación a precios bajos de alimentos a la población, esto es un indicador inequívoco que se debe priorizar  la misma otorgándole incentivos como ser la declaración de arancel cero a la importación de insumos agrícolas durante el tiempo que dure la inestabilidad económica y climática que vive el país.

Es uno de los pocos sectores que arrastra a todo el conjunto de la economía tanto para ingresar a periodos de estancamiento como de reactivación y despegue de la economía.

Estos últimos cinco años se presentan para la agricultura como muy estimulantes producto del alza constante de los precios originando un repensar en los agricultores y su rol dentro la misma.

En su informe anual de Perspectivas de la Agricultura, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación se espera un alto consumo para los próximos 10 años frente a una tasa que excederá a la que se prevé de aumento para la población mundial (1,1%).

Por su parte el consumo de aceites vegetales crecerá a un 2,8% promedio anual y las harinas oleaginosas al 2,3% anual. Dentro de los cereales, el maíz tendrá un incremento del 1,5% anual y el  trigo del 0,8%.

Existe una mayor demanda de alimentos: El fenómeno tiene que ver con una combinación de causas. Ha habido una fuerte expansión de la demanda global de alimentos, no solo por el constante crecimiento de la población mundial, sino también por la mayor prosperidad que están alcanzando países altamente poblados como China e India, lo que eleva el consumo de carnes y, consecuentemente, de productos agrícolas para alimentación animal. A ello se le ha agregado una creciente utilización de variedades de plantas para fabricación de biocombustibles.

Existe una menor oferta: Asimismo por el lado de la oferta, ha habido una significativa reducción de la producción y los stocks globales, causada, por ejemplo, por grandes sequías en Australia. Asimismo, se han incrementado fuertemente los costos, especialmente por los precios de la energía, la maquinaria agrícola y los fertilizantes.

También ha habido especulación en los mercados de capitales. Se mencionó que en el primer trimestre de 2008 se invirtieron unos 30.000 millones de dólares en activos agropecuarios.

A tal punto este incremento dramático de los precios ha afectado a los distintos países, especialmente a aquellos más pobres, que al fenómeno se lo ha denominado "crisis global de alimentos".

Por simple deducción los Precios seguirán altos: Estos dos factores presagian que el  aporte de la agricultura a la economía sea de mayor cuantía en términos porcentuales.


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