Buen futuro para los precios agrícolas
Buen futuro para los precios agrícolas pero no tanto para los pobres
ROMA, 28 jul 2014 (IPS) - Los pronósticos oficiales para la
agricultura hasta 2023 son optimistas con respecto a la productividad y los
precios de los frutos de la tierra, pero es poco probable que los beneficios de
la bonanza sean compartidos por los más pobres del mundo.
La mezcla de buenas
y malas noticias se encuentra en el informe Perspectivas Agrícolas 2014-2023,
publicado conjuntamente por la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la
Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) el 11 de julio.
El documento examina las tendencias en materia de precios, los hábitos
dietéticos y otros factores, como la producción y la demanda, además de evaluar
los principales retos políticos que enfrenta el sector.
"Todavía
tenemos el desafío del acceso a la alimentación. Los altos precios de los
alimentos imponen innegables dificultades a las personas más pobres del mundo,
que gastan una gran parte de sus ingresos en la comida. También hicieron más
daño que bien a los agricultores pobres, que las más de las veces son
compradores netos de alimentos básicos”: secretario general de la OCDE Ángel
Gurría.
Perspectivas Agrícolas 2014-2023, el vigésimo informe de su tipo,
“analiza las perspectivas de los países en desarrollo bajo el supuesto de que
se mantengan los patrones meteorológicos promedio y las políticas actuales”,
explicó Holger Matthey, economista de la División de Comercio y Mercados de la
FAO y editor de la publicación.
“Brinda una visión general del mercado mundial dentro de los próximos 10
años, en el supuesto de que no haya perturbaciones”, señaló Matthey a IPS.
Se espera que los precios de los cultivos se estabilicen por debajo de
los máximos recientes, aunque probablemente se mantengan por encima de los
niveles anteriores a 2008, mientras los picos de los precios de la carne y los
productos lácteos se van a producir este año y el pasado.
“Somos muy positivos con respecto a las perspectivas de la agricultura
para los países en desarrollo, porque tienen los recursos para ampliar la
producción y también se espera que mantengan fuertes tasas de crecimiento en su
consumo”, agregó Matthey.
“Más de 80 por ciento de la producción adicional se originará en los
países en desarrollo y 50 por ciento de la producción y el consumo adicionales
durante la próxima década tendrá lugar en Asia”, aseguró.
Pero persisten muchos obstáculos para que la totalidad de la población
aproveche los beneficios de una mayor productividad agrícola.
“Todavía tenemos el desafío del acceso a la alimentación. Los altos
precios de los alimentos imponen innegables dificultades a las personas más
pobres del mundo, que gastan una gran parte de sus ingresos en la comida.
También hicieron más daño que bien a los agricultores pobres, que las más de
las veces son compradores netos de alimentos básicos”, declaró el secretario
general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, durante la presentación del
informe.
Es necesario “ampliar la protección social para amortiguar las
consecuencias de las crisis de precios y ayudar a los agricultores a gestionar
los riesgos y seguir invirtiendo en la productividad agrícola”, dijo.
Lidiar con estos factores “de formas que sean inclusivas y sostenibles a
la vez es un reto formidable”, añadió Gurría.
El nuevo informe Perspectivas Agrícolas se centra en el caso de India,
el segundo país más poblado del mundo y hogar del mayor número de personas que
padecen inseguridad alimentaria. La situación prevista en el país asiático es
“relativamente optimista”, ya que la FAO y OCDE “proyectan que sostendrá el
crecimiento de su producción y consumo de alimentos”.
En 2013, India adoptó la ley de Nacional de Seguridad Alimentaria (NFSA,
en inglés), con el fin de garantizar un mayor acceso a los alimentos de bajo
costo. La norma da derecho a más de 800 millones de personas a recibir, cada
una, 60 kilos de comida en granos por año, a precios que son 90 por
ciento inferiores a los del mercado.
El director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva,
asegura que la ley india constituye la mayor política aplicada en el mundo del
derecho a la alimentación y repercutirá en la seguridad alimentaria del
planeta.
Sin embargo, el informe Perspectivas Agrícolas también advierte que la
aplicación de la NFSA no será fácil.
“Aunque la producción alimentaria es suficiente, el acceso a los
alimentos, su distribución y el consumo saludable de los mismos…son desafíos
pendientes”, en función de una dieta adecuada y del acceso al agua potable, el
saneamiento y la atención sanitaria, señaló Peter Kenmore, representante de la
FAO en India.
Por ejemplo,
el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (Unicef), señala que 48 por ciento de los niños y
niñas indios sufren retraso en su crecimiento debido a la desnutrición crónica,
una enfermedad con consecuencias a largo plazo para el desarrollo físico y
mental, tales como el debilitamiento del sistema inmunológico y la disminución
de la productividad en la edad adulta.
Hace falta más eficiencia en la infraestructura, que incluye al
almacenamiento y el transporte, así como los sistemas de distribución.
“Vale la pena completar el
circuito de la producción, la adquisición, el almacenamiento y la distribución
de alimentos a las personas que carecen de acceso… como se lleva a cabo en
muchos lugares cubiertos por el Programa Hambre Cero en Brasil”, precisó
Kenmore a IPS.
El gobierno brasileño lanzó el Programa Hambre Cero en 2003 con la meta
de erradicar el hambre y la pobreza.
Sin embargo, Kenmore, advirtió que “el hecho de que el precio de los
granos alimenticios subsidiados sea 90 por ciento inferior también representa
un fuerte incentivo para que los oportunistas consigan este alimento subsidiado
y lo revendan en el mercado abierto”.
“En este momento hay millones que se benefician del sistema de
distribución pública, que está en expansión en el marco de la NFSA, pero muchos
no. La exclusión, la discriminación y la ejecución menos que óptima del
programa son las principales preocupaciones”, dijo a IPS.
Existe la necesidad de mejorar los mecanismos de rendición de cuentas y
presentación de quejas para que la gente pueda reclamar en caso de que no pueda
acceder a los alimentos subsidiados. Estos mecanismos “no deben ser
meramente teóricos, sino eficaces”, destacó Kenmore.
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