PROBLEMÁTICA DE LA COCA Y SUS IMPACTOS
PROBLEMÁTICA DE
LA COCA Y SUS IMPACTOS
PEDRO HINOJOSA
INTRODUCCIÓN GENERAL A LA PROBLEMÁTICA:
La
producción de coca en Bolivia en las
tres últimas décadas ha superado con
un amplio margen la producción que tradicionalmente se destina a la
masticación, usos medicinales, culturales y otros considerados lícitos en el
país. Este tipo de demanda se estima que logra cubrirse con no más de 12.000 Has.
de la producción de coca actual. El resto de la producción, es destinada a los
procesos de transformación ilícito siendo por ello una producción articulada al
narcotráfico que asume características
internacionales.
Tradicionalmente
Bolivia ha sido productora de Coca en función de su demanda interna que estuvo
alentada por el uso cultural de la población nativa y como mitigante para
trabajos de elevado esfuerzo físico como
la minería.
A
partir de la década de los 70 se empieza a observar un significativo incremento
en la producción determinada por la creciente demanda de sus derivados de uso
ilícito en los mercados negros internacionales. Paralelamente, la prolongada
crisis económica que vivió el país desde finales de los años 70 hasta mediados
de los 80, cuestiona la capacidad de la economía para generar empleo e ingresos
generando un ambiente propicio para que un mayor número de personas, en
particular de las áreas rurales y periurbanas más deprimidas, encuentren
en la producción de coca una actividad por demás rentable.
En
estos años la ausencia de una política de estado para combatir las actividades
ilícitas provenientes del Narcotráfico creó el ambiente propicio para el
incremento de estas actividades cuyos efectos económicos, sociales y políticos
pudieron haber comprometido a la nación en su conjunto.
Alrededor
de 1988 Bolivia empieza a considerar en su agenda de acciones como uno de los
temas prioritarios el combate al Narcotráfico, se diseñan algunas políticas
claras y se establecen leyes para sancionar este tipo de actividades. En
adición se comprometió a la comunidad
internacional en distintos foros
internacionales para que brinden su
apoyo en la lucha contra el narcotráfico.
Se
debe reconocer que esta tarea no fue fácil; elementos externos e internos no
permitieron cumplir con los propósitos de reducir y eliminar esta situación.
Sin embargo en los últimos años se aprecia que las actividades de la coca y sus
derivados tienen una menor significación económica que hacia finales de los años
ochenta, pese a que la reducción de la producción de coca no alcanzaron los
niveles deseados pero la acción de la lucha contra las redes del Narcotráfico
permitió que la producción de coca destinada a fines ilícitos se redujera.
IMPACTO ECONOMICO:
En
1988 la economía de la coca representaba el 8,5% del PIB se estima que en 1996
esta participación se redujo alrededor del 3.1% (de acuerdo a información de
USAID para 1996 esta participación es de 1.4% como porcentaje del PIB) esta
misma tendencia se observa en el significado que tenía las exportaciones de
esta economía con relación a las exportaciones
de carácter legal, entre los años referidos, su participación se redujo
del 87.3% de las exportaciones totales a 21.5% país, la que queda es relevante por cuanto son
estos recursos los que generan ingresos directos e indirectos y dinamizan el
desempeño de la economía nacional, estos recursos como proporción del PIB han
pasado de representar el 9.2 % en 1988 al 6 % PIB en 1996.
Se
estima que la economía de la coca genera empleo para 80.000 personas la mayor
parte son ocupaciones en la producción de coca además, se estima también que 57.000 personas
trabajan en forma directa y, de manera indirecta involucra a 23.000 personas
adicionales.
Gran parte de las familias asentadas en las zonas
productoras en particular en el Chapare, provienen de inmigraciones de los
valles aledaños del departamento de Cochabamba, también son importantes los
migrantes rurales de la región del altiplano. Se estima que el 40% de la
población que se reporta en la zona no tiene residencia fija en la misma.
En
lo que se refiere a las condiciones de vida de la población asentada en la zona
de producción de la hoja de coca debe señalarse que, con relación a la
situación general de Bolivia, los municipios del área del Chapare son
privilegiados.
Un
análisis elaborado por UDAPE arroja los siguientes datos: Chimoré tiene un Índice
de Desarrollo Humano (IDH) superior al de Santa Cruz y se ubica en el número 5
en el ámbito mundial. Puerto Villarroel se ubica en el puesto 56 muy por encima
de Potosí que está en el puesto 250 lo mismo que Villa Tunari que se ubica en
el puesto 94.
Esta
investigación confirma la hipótesis en sentido que la población asentada en
Chapare tienen un estándar de vida muy bueno en relación con la media de
Bolivia. Lo que echa por tierra el criterio de la supuesta gran pobreza y alto
grado de marginalidad en la zona.
Los
distintos aspectos que se destacaron ponen de evidencia que pese a que la
economía de la coca ha reducido en forma importante su significación en la
economía nacional, aun constituye un fenómeno que inercialmente puede perdurar
por mucho tiempo con efectos no deseados para la economía, pues se ha visto que
en las épocas de elevada relevancia de
esta actividad ha generado distorsiones importantes en diferentes precios
relativos como en el tipo de cambio real que pudo estar sobrevaluado por su
impacto reduciendo la competitividad
nacional.
Así
mismo ha generado el desplazamiento de actividades agrícolas con perfil
interesante que no podían competir con la rentabilidad de este cultivo,
frustrando el desarrollo de programas agrícolas e industriales no solo en las
zonas productoras de coca sino también en aquellas expulsoras.
Por
otra parte, el país incurre en costos crecientes para mantener las actividades
relacionadas con el control e interdicción. Estos gastos financian principalmente
las remuneraciones de los efectivos policiales, militares, miembros del poder
judicial y personal administrativo dedicados a contener la expansión de
producción de drogas y el narcotráfico en el país, equipamiento, combustible,
infraestructura de funcionamiento y otros indispensables para la lucha contra
el narcotráfico.
El
narcotráfico a través del derrame de recursos de manera ilegal ha cuestionado
las mismas bases de la administración de justicia, ha deteriorado las
expectativas de empresarios creando un grave cuestionamiento en el tejido
social boliviano.
El ex
viceministro de Desarrollo alternativo E. Justiniano realizo un cálculo del
monto económico que mueve la economía del narcotráfico y dijo que de 80 Ton. se pasó a más de 150
Ton. Es decir, que entre 1.500 y 3.600 millones de dólares es lo que movió el
narcotráfico en la economía boliviana en el período 2006 – 2009.
“La excesiva aparición de vehículos de lujo,
de casas de lujo, o por ejemplo todas las actividades que pueden tener una
informalidad (no facturan) en el manejo de dinero, es decir que no pasan por
bancos”
Distorsión Económica.-
Como se indicó anteriormente, la producción de coca genera distorsiones en el
ámbito económico difíciles de poder cuantificar ya que genera diversos tipos de variaciones en el sistema de
precios y empleos no solo en el ámbito regional sino nacional y por
consiguiente se hace dificultoso poder competir en el mercado internacional y
especialmente latinoamericano.
Por
un lado, los precios de mano de obra son elevados incidiendo en los costos de
producción por constituir un insumo importante en el proceso de fabricación.
Esto hace que los productos bolivianos
tengan desventaja frente a otros productos por un lado; por otro, el sistema de precios
no se rige a la lógica económica, existiendo productos con precios que se
hallan debajo los costos de producción o a la inversa.
Este
fenómeno permite crear confusiones entre potenciales inversionistas y estas se
manifiestan en la inseguridad que tiene el mismo en lo que se refiere a la colocación de importantes
capitales en el sistema productivo. Asimismo es oportuno indicar que las
distorsiones económicas van acompañadas de otro tipo de distorsiones como ser en
el ámbito político, social y de medio ambiente.
IMPACTOS POLITICOS:
En
el ámbito político la visión internacional hacia Bolivia es negativa y tiene
diversas incidencias que se reflejan en las relaciones bilaterales o
multilaterales ya que toda relación aparece condicionada en busca de resultados
concretos.
En
el ámbito nacional el narcotráfico se constituye en un latente peligro ya que
puede incrustarse en aspectos concernientes a la política interna ya sea en
partidos políticos como en las estructuras estatales del poder judicial y el
aparato administrativo estigmatizando aún más al país en términos de políticas
internacionales, corriendo el peligro de
la descertificación con riesgos de gran magnitud para la economía boliviana.
Todos
estos antecedentes han sido tomados en cuenta para comprender la magnitud del
impacto político – económico al estar Bolivia inmersa dentro el circuito coca –
cocaína.
VISION POLITICA NACIONAL:
Por
lo anteriormente mencionado el Gobierno de Bolivia ha decidido salir del
circuito del narcotráfico durante los próximos cinco años. Aspecto que no se
cumplo. El gobierno debe estar consciente que este es un reto sumamente
complejo y difícil de lograr pero también sabe que no hacerlo implicaría una seria
irresponsabilidad con las futuras generaciones.
La
lucha contra este flagelo debe ser una lucha frontal y definitiva. Los
esfuerzos a medias no solo que no llegaran a dar resultados positivos el
problema mayor radica en que debilitaran
a las instituciones nacionales.
VISION POLITICA SINDICAL:
Las
políticas encaradas por el gobierno frente a la
problemática de la coca- cocaína
tienden a distorsionarse en manos de organizaciones sindicales
desvirtuando su finalidad y buscando el confronta miento en torno a reivindicaciones
supuestamente en defensa de la clase asalariada y empobrecida del país.
Además
el narcotráfico puede potenciar económicamente a las organizaciones sindicales
fortaleciendo su accionar en huelgas, paros y/o bloqueos llegando a crear
situaciones de inestabilidad social y política en el país; llegado el momento
estaría en condiciones de confrontar a todos los estamentos de la sociedad por
supuestas reivindicaciones sociales.
Finalmente,
los líderes sindicales con aportes económicos del narcotráfico utilizarían sus funciones como plataforma de lanzamiento
a la política nacional desplazando a líderes potenciales de intachable
capacidad.
IMPACTOS SOCIALES:
La extrema pobreza de las zonas expulsoras fue en su momento el único
motivo para la migración masiva de campesinos al trópico, muchos de ellos con
amplio bagaje sindicalista minero, de una escuela anárquica, que se han
especializado en conseguir como minoría ruidosa protagonismos e imagen para
sacar provecho del conflicto. La mayoría de los migrantes, fueron agricultores
que dejaron sus tierras de origen para encontrar en el Trópico cochabambino un
rápido alivio a sus penurias. Con el tiempo se convirtieron en colonos a los
que se les pagaba por sembrar coca y después, por destruir lo que habían
sembrado, con una lógica simple y aritmética de ganancias, adentrados en una
desigual lucha contra la sociedad y ganándole pequeñas batallas al estado.
La producción de coca- cocaína, origino constantes migraciones de los
pobladores de áreas deprimidas del departamento de Cochabamba y otras regiones
del país hacia el Trópico, en busca de mejores perspectivas económicas
habiendo involucrando de esta manera en
el proceso ilícito de esta actividad, a una buena cantidad de su población asentada en esta
zona de manera directa e indirecta,
estimándose la generación de ingresos para aproximadamente 35.000 familias
productoras de coca.
El
cumplimiento de las metas de reducción y de erradicación de los cultivos excedentarios e ilícitos, establecidos en la Ley 1008, en algunos
casos ha ocasionado un clima de violencia e ingobernabilidad en las zonas de
producción excedentaria en transición,
generando serios conflictos entre los
cocaleros y el Gobierno.
Este
fenómeno ha generado la regresión de los
valores ético/morales en la población distorsionando las características de su
sistema social comunitario. Además esta situación, genera violencia en la
región y acentúa los conflictos sociales.
IMPACTOS MEDIOAMBIENTALES:
La
implantación de cultivos excedentarios e
ilícitos de hoja de coca ha generado en Bolivia impactos negativos sobre el
equilibrio ecológico preexistente. La mayoría de los cultivos excedentarios se
los realizó en las áreas de colonización del Trópico de Cochabamba y La Paz, en
tierras frágiles y de difícil acceso. También se han detectado cultivos
ilícitos de hoja de coca y pozas de maceración para la producción de cocaína en las áreas de reserva forestal de los
Parque Nacionales del trópico de Cochabamba, los que se encuentran en serio
peligro por los efectos negativos que ocasiona a los recursos de la
biodiversidad.
En
el circuito coca – cocaína, la lógica de esta producción se encuentra orientada
a la maximización de beneficios en el menor tiempo posible, generando prácticas
agrícolas depredadoras, expresadas en la
tala indiscriminada de los bosques tropicales
y subtropicales, en la quema de
la cubierta vegetal con el consiguiente perjuicio ecológico, en la destrucción del paisaje, en la destrucción de nichos
ecológicos, en la erosión y empobrecimiento de los suelos agrarios, en la
destrucción de la fauna y flora. Añadiéndose a ello la contaminación del
subsuelo y los ríos por el uso indiscriminado de agentes químicos y por la
acción nociva de los precursores, con el consiguiente impacto negativo en el
medio ambiente.
Por
otro lado, el elevado nivel de pluviosidad, la acidez del suelo y toxicidad de
aluminio, y los problemas físicos de drenaje que se presentan en las tierras
bajas, muestran a la cuenca del trópico de Cochabamba, como un ecosistema
frágil donde la cobertura vegetal juega un rol de primer orden en la
conservación del suelo. Por consiguiente, es necesario entender el
ecosistema de dicha cuenca como bosque,
elemento central para la sostenibilidad de los procesos productivos, de la
infraestructura y del desarrollo en general. Esta afirmación, no se opone al
desarrollo de la agricultura de la zona, sin embargo, plantea la necesidad de
incorporar prácticas orientadas al manejo integral del ecosistema.
La
principal riqueza del Trópico de Cochabamba es la biodiversidad, expresada en
los recursos forestales, el germoplasma existente susceptible de ser
aprovechado en la investigación, el cultivo y la conservación, la fauna
terrestre y acuática, los recursos hídricos, sobre todo en las zonas altas de
la cuenca y finalmente, el paisaje.
Durante los últimos 40 años, la producción de la hoja de coca y las
prácticas agrícolas de subsistencia han provocado la deforestación extensiva
del trópico de Cochabamba. A medida que la fertilidad de los suelos decae
rápidamente en áreas ya desmontadas, el campesino se ve obligado a talar y
quemar año tras año nuevas parcelas de bosque
primario o secundario en lugar de asumir prácticas agrícolas sostenibles
o invertir en insumos agrícolas para mantener la fertilidad del suelo. Esta
tendencia se debe, por un lado, a la falta de experiencia y al desconocimiento
limitado del campesino acerca de las
Prácticas agrícolas en zonas tropicales húmedas y, por otro, a que el
valor de los recursos forestales es tomado a menos por el campesino. Este círculo
vicioso de “desmonte- quema- producción- abandono” es frecuentemente agravada
por la adopción del monocultivo de la coca y consecuentemente la agricultura
migratoria.
Las
consecuencias económicas y ambientales del actual ritmo de deforestación son
evidentes en muchas áreas del trópico. En pequeñas propiedades, la
deforestación ocurre cada año, de manera que los agricultores cada vez cuentan
con menos áreas boscosas para tumbar y quemar, cuya consecuencia es la
reducción de los periodos de barbecho entre los ciclos de cultivos y la
disminución del rendimiento de producción de
los cultivos. La eliminación de la vegetación forestal en pendientes
accidentadas y llanuras resulta en una grave erosión de los suelos, la
inundación y la sedimentación de los cursos de agua. Tomando en cuenta la
riqueza de flora y fauna en la región, el impacto de la deforestación en la
biodiversidad del trópico es, sin duda, significativo,
aunque no se han realizado estudios científicos al respecto.
La coca es un cultivo esquilmante de
los nutrientes del suelo, que no admite competencia con otros cultivo o maleza,
requiriendo limpiezas periódicas. Estas labores culturales dejan el suelo desprotegido
de los rayos del sol, la lluvia y viento permitiendo pérdidas de materia
orgánica, el lavado de nutrientes y
compactación, con la consiguiente reducción en los niveles de fertilidad de la
tierra.
Los
cultivos de hoja de coca dañan el medio ambiente, en particular los suelos,
porque además de esquilmar sus nutrientes, tienen la virtud de concentrar iones
potencialmente tóxicos, aspecto que es agravado por las prácticas culturales de
los cultivos que evitan la recirculación de los nutrientes.
A
fines de la gestión 1998, se estimaron que en el trópico de Cochabamba, existían
alrededor de 23500 Has. de cultivos de hoja de coca, superficie que se
encuentra sufriendo un proceso acelerado de reducción de su fertilidad para la
habilitación de otros cultivos, afectando negativamente el proceso de
Desarrollo Alternativo en la zona.
Sin
embargo, es importante destacar que el proceso de erradicación de cultivos
excedentarios está jugando un rol importante en la protección del medio
ambiente. Se debe recordar que en el año 1987, la superficie de cultivos de
hoja de coca excedentaria ascendía a 59751 Has. Cifra que se redujo en un 59%
para el año 1996.
Paralelamente a la producción de la pasta base las aguas de los ríos de
la región así como la flora y fauna pertenecientes a estos, sufren
la contaminación sistemática de productos químicos que a la larga
disminuye la demanda de oxigeno de este ecosistema debilitándolo.
La fabricación de sulfato base de cocaína, se realiza en laboratorios
rústicos que son preparados generalmente cerca de las fuentes de agua,
utilizando material plástico y envases de este mismo material en las pozas de
maceración. Además de la hoja de coca,
se utilizan: ácido sulfúrico, cal apagada, Kerosene, gasolina, diesel,
permanganato de potasio, amoníaco, etc. Una gran cantidad de estos productos,
luego de su utilización son vertidos en los ríos del Trópico de Cochabamba.
A nivel nacional, se tiene un potencial de hoja de coca de 52.900 toneladas. En el Trópico de
Cochabamba, el 95% de esta producción está destinada a la elaboración de
clorhidrato de cocaína estimada en 150
toneladas (fuente: departamento de Estado de los E.E.U.U., estadísticas 1998).
La producción de esta cantidad
de droga, demanda el uso de 493.953 litros de ácido sulfúrico, 1.647.000
kilos de cal, 1.646.511 litros de kerosene, gasolina y/o diesel, 32.930 kilos
de permanganato de potasio y 1.640.651 litros de amoniaco.
Estos precursores, luego de su utilización terminan mezclándose con las
aguas de los ríos y están afectando seriamente al medio ambiente. La cal y el
ácido sulfúrico modifican el pH de los suelos y aguas, afectando negativamente,
tanto la capacidad productiva de los suelos, como la vida acuática.
Por otro lado la demanda de coca para la industria de las drogas, tiene
como efecto directo la presión sobre las Reservas Forestales, Parques Nacionales y territorios Indígenas
que en el afán de buscar nuevas tierras para el cultivo de la hoja no miden
consecuencias, originando el deterioro
del ecosistema.
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