Final incierto del ciclo electoral 2014
Final incierto del ciclo electoral 2014 en América
Latina
Infolatam
Madrid, 25 agosto 2014
Por CARLOS MALAMUD
Madrid, 25 agosto 2014
Por CARLOS MALAMUD
(Infolatam).- El próximo
octubre tres elecciones presidenciales pondrán fin al intenso ciclo electoral
de 2014 en América Latina. Las tres elecciones tendrán lugar en Brasil (5 de
octubre), Bolivia (12 de octubre) y Uruguay (26 de octubre). En 2015 seguirá el
proceso electoral, pero no con la misma intensidad. Sólo habrá elecciones
presidenciales en Guatemala (septiembre) y Argentina (octubre).
A comienzos de este año se podía
encontrar un común denominador entre ellos, ya que era bastante probable, según
la mayor parte de las encuestas y los juicios entonces emitidos, que ganara el
oficialismo y que lo hiciera en primera vuelta, pese a la posibilidad de una
segunda. En caso de ser necesarias, éstas tendrían lugar el 2 de noviembre
en Brasil, el 30 en Uruguay y el 7 de diciembre en Bolivia.
Las cosas han cambiado mucho en las últimas semanas
y lo que antes era obvio ya no lo es más. La incertidumbre se ha instalado en
Brasil y Uruguay, donde se consolida la opción de una segunda vuelta. En
Bolivia también hay indicios interesantes. Las encuestas siguen dando ganador a
Evo Morales en la primera vuelta, pero hablan igualmente de un descenso del
apoyo popular en relación a elecciones anteriores. De la magnitud de su
victoria dependerá la capacidad de Morales y del MAS de mantener la hegemonía
política desarrollada en los dos mandatos precedentes.
Si bien en los tres casos está prevista
una segunda vuelta, los requisitos necesarios son diferentes. Si en Brasil
hay que ganar por mayoría absoluta, en Uruguay el candidato ganador debe
obtener el 50% de los votos emitidos, blancos y nulos incluidos. En Bolivia,
con el fin de evitar la segunda vuelta junto al requisito del 50% más uno de
los votos válidos se introdujo la salvedad de que era posible ganar con un
mínimo del 40% de los votos válidos y una diferencia de al menos 10% respecto a
la segunda candidatura más votada.
En Brasil y Bolivia se permite la reelección
consecutiva. Dilma Rousseff, a
meses de concluir su primer mandato, está perfectamente habilitada para
hacerlo. Distinta es la situación de Evo Morales. Éste se había comprometido
tras la reforma de la Constitución a atenerse estrictamente al contenido de
ley, algo que finalmente no cumplió. El poco apego por las reglas de juego
democráticas y la consideración de los adversarios políticos como enemigos se
ha constituido en una de las claves del sistema político boliviano en la última
década. En Uruguay sólo existe la reelección en períodos alternos, lo que le
permite a Tabaré Vázquezcompetir
por un segundo mandato.
Según las últimas encuestas Marina
Silva estaría en condiciones de imponerse a la candidata del PT en la ronda
definitiva.
En Brasil, a medida que se acercaba la elección, la
segunda vuelta se mostraba cada vez más próxima, algo coherente con la historia
electoral reciente del país. Sin embargo, la trágica muerte de Eduardo Campos ha
trastocado el escenario. Según las últimas encuestas Marina Silva estaría
en condiciones de imponerse a la candidata del PT en la ronda definitiva. De
ser así, todo indicaría que el PSDB, el partido de Aécio Neves, la
apoyaría en el caso de un enfrentamiento directo con Rousseff. Pese
a todo habrá que ver cómo evoluciona la campaña y cómo se desempeña Silva en
ella. El recuerdo de su excelente resultado hace cuatro años atrás está
presente, aunque las incógnitas sobre su candidatura son numerosas. Hoy Brasil
es un país diferente, y no sólo por las protestas sociales de un año atrás.
En Uruguay la situación dio un vuelco radical tras
la celebración de las elecciones primarias para elegir candidatos. Si
previamente había comenzado a cuestionarse la posibilidad de que el Frente
Amplio repitiera su mayoría parlamentaria, tras la elección de Luis
Lacalle Pou al frente del Partido Nacional o Blanco se abrió una etapa
diferente. Mientras las opciones blancas no dejan de crecer el apoyo a Vázquez es
cada vez menor.
El fuerte respaldo popular a la figura de José Mujica no
sería equiparable al grado de satisfacción con la gestión del Frente Amplio. A
esto se suma un dato no menor en una sociedad tan avejentada como la uruguaya.
Mientras José Mujica y Tabaré Vázquez tienen 79 y 74 años
respectivamente, Luis Lacalle cuenta con 41. Incluso el
candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry tiene 54
años. Es más, según todos los indicios,Lacalle es quien mejor
habría sintonizado con los deseos de cambio de los uruguayos.
El fuerte respaldo popular a Evo Morales se
mantiene, aunque las encuestas apuntan a un cierto debilitamiento. Al concurrir
la oposición dividida en cuatro candidaturas diferentes, las opciones
oficialistas aumentan aún más. Pese a ello, Evo Morales ha
rechazado debatir públicamente con los otros candidatos, diciendo que no tiene
nada que hablar con ellos, a los que descalificó como “proimperialistas” y, en
todo caso, que si tenían algo que debatir que lo hicieran sin él. Como en
campañas anteriores el temor a un resbalón fatal que comprometa su triunfo
atenta directamente contra la calidad de la democracia boliviana.
En resumen, nos enfrentamos a tres elecciones en
tres países diferentes y todas con procesos y resultados muy distintos, aunque
la incertidumbre ha crecido en todos ellos. Inclusive en Bolivia un resultado
muy ajustado condicionaría el margen de actuación del próximo gobierno de Morales y
cuestionaría la discrecionalidad de actuación de la que ha podido hacer gala
hasta ahora. De producirse la alternancia en Brasil y Uruguay, más las
perspectivas que se abren en Argentina a partir de la no reelección de Cristina Fernández, se confirmaría un
fenómeno que ya ha comenzando a manifestarse en otros países de la región y
abriría las puertas para un cambio de tendencia en América Latina.
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