SUPERFICIE CULTIVABLE EN BOLIVIA

SUPERFICIE CULTIVABLE

Bolivia tiene un potencial superior a los 12 millones de hectáreas de tierras aptas para la producción de alimentos, pero sólo se utilizan con ese objetivo, actualmente, un tercio, es decir poco más de 4 millones de hectáreas, se revela en el más reciente estudio oficial sobre el tema, a cargo del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

Se indica que para la campaña agrícola 2009/2010 se estimó una superficie cultivada de 2.767.798 hectáreas que representa el 2,52 por ciento de la superficie total del país.

En tanto que la superficie en barbecho y descanso se estima una extensión de 1.628.100 hectáreas que equivale a una participación del 1,49 por ciento respecto del territorio nacional.

 En esta forma de uso de suelos, agrega el estudio, además se encuentran las terrazas agrícolas y lomas ancestrales abandonadas pero factibles de recuperarse, en el orden de 200.000 hectáreas en la zona andina y 20.000 hectáreas de lomas y camellones, en la zona inundable de la Amazonia.

Se suman unas 250.000 hectáreas de pastos manejados, “lo que da una idea del potencial de tierras a incorporarse a las actividades productivas agropecuarias. Sin embargo, también existen tierras deforestadas y erosionadas que no se conocen o no disponen de una fuente de información precisa, por todo ello se espera una ligera disminución en el área potencial cultivable”.

Acerca de la superficie o tierras con potencial agrícola, según estimaciones del SUNIT asciende a 4.507.000 hectáreas y le corresponde una participación del orden del 4,10 por ciento con relación al total nacional.

 En cuanto a la superficie total disponible para actividades agrícolas se estima en una extensión de 8.9029.000 hectáreas que representa el 8,10 por ciento respecto del territorio nacional.

El estudio oficial señala como conclusión, que la superficie total cultivada en la campaña agrícola 2009/2010 de los principales cultivos en el país ascendió a 2,7 millones de hectáreas y representa el 2,52 por ciento de la extensión territorial del país.

Según estimación realizada para la campaña 2009/2010 la superficie en descanso alcanza a 951.400 hectáreas y representa el 0,87 por ciento del total nacional; en tanto que la superficie en barbecho es de 676.700 hectáreas que implica una participación del 0,62 por ciento respecto de la superficie total del país.

La superficie o tierras con potencial agrícola según estimaciones del SUNIT, alcanza a 4.507.000 hectáreas y le corresponde una participación del 4,10 por ciento respecto del total de extensión territorial del país.

En cuanto a la superficie total disponible para el desarrollo de actividades agrícolas (superficie cultivada y superficie potencial disponible) alcanza a 8.902.900 hectáreas, la misma representa el 8,10 por ciento respecto del territorio nacional.

“En suma, se puede señalar que existe la posibilidad de ampliación de la frontera agrícola, pero tomando en cuenta un uso adecuado y sostenible de los suelos, acorde a las condiciones topográficas, fisiográficas y medioambientales de cada región o zona productiva agrícola”, señala el documento oficial.


Se ostiene que es de vital importancia realizar un estudio técnico para una mejor precisión de los alcances y espacio geográfico de la aptitud y capacidad de uso de los suelos en Bolivia.

Además, realizar una recopilación, sistematización, análisis e interpretación de los diferentes estudios sobre Planes de Uso de Suelos y Ordenamiento Territorial realizados en cada departamento, para su consiguiente consolidación a nivel nacional.

 Agrega que se debe propiciar estudios de suelos a nivel de detalle en todas las áreas potenciales para establecer las mejores formas y alternativas de manejo racional de los suelos.

 Se destaca que Bolivia es un país muy diverso en climas y paisajes, tiene más del 80 por ciento de ecosistemas que tiene el planeta, tal como se menciona en el libro de Chilón, 1996 “El software y hardware de la tecnología andina y amazónica de Bolivia” y respaldado por Holdridge 1993.

Señalada, además que la Constitución hace referencia de ellas en su preámbulo señalando que, “en tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra Amazonia, nuestro Chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas”.

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