EL PRINCIPIO DE LA "MANO INVISIBLE
REFLEXIONES
PERSONALES
Extractado
por Pedro Hinojosa
I.-
EL PRINCIPIO DE LA "MANO INVISIBLE"—LOS PRECIOS DEL MERCADO PONEN
EL INTERÉS PERSONAL Y EL BIENESTAR
GENERAL EN ARMONÍA
"Cada
individuo está continuamente esforzándose en encontrar el empleo
más
ventajoso de cualquier capital que él pueda disponer. Es su propia
ventaja,
de hecho, y no la de la sociedad lo que él tiene en mente. Pero
el
estudio de su propio beneficio naturalmente, o más bien necesariamente, lo conduce a preferir ese
empleo que es el más ventajoso
para
la sociedad... Él solamente intenta su propia ganancia, y en éste,
y
muchos otros casos, es dirigido por una mano invisible para promover
un
fin que no era parte de su intención."[1]
Adam
Smith
Como
lo anotó Adam Smith, lo sorprendente acerca de la economía basada
en
la propiedad privada y la libertad de contrato es que los precios del
mercado
ponen las acciones de intereses propios en armonía con la
prosperidad
general de una comunidad o nación. Los empresarios "buscan
únicamente
sus propias ganancias", pero son dirigidos por "la mano
invisible"
de los precios del mercado para "promover un fin [la
prosperidad
económica] que no era parte de sus intenciones".
El
principio de la mano invisible es difícil de entender para mucha
gente
debido a que hay una tendencia natural de asociar orden con la
planificación
centralizada. Si los recursos se van a asignar de manera
sensata,
seguramente alguna autoridad central deberá estar encargada. El
principio
de la mano invisible enfatiza que no necesariamente este es el
caso.
Cuando la propiedad privada y la libertad de intercambio están
presentes,
los precios del mercado registrarán las decisiones de
millones
de consumidores, productores y proveedores de recursos y los
pondrán
en armonía. Los precios reflejarán la información acerca de las
preferencias
de los consumidores, los costos y asuntos relacionados con
la
oportunidad, ubicación y circunstancias que están mas allá de la
comprensión
de cualquier individuo o autoridad planificadora central.
Este
simple resumen estadístico—los precios del mercado—provee a los
productores
con todo lo que necesitan saber con el objeto de poner sus
acciones
en armonía con las acciones y preferencias de otros. Los
precios
del mercado dirigen y motivan tanto a productores como
proveedores
de recursos a suplir ciertas cosas que otros valoran mucho,
relativo
a sus costos.
No
se necesita una autoridad central para decirle a los empresarios qué
producir
y cómo producir. Los precios harán el trabajo. Por ejemplo,
nadie
puede obligar a los agricultores a cultivar trigo o decirle a una
empresa
constructora que construya casas o convencer a los fabricantes
de
mobiliario que produzca sillas. Cuando los precios de estos y otros
productos
indican que los consumidores los valoran mucho o más que sus
costos
de producción, los productores que buscan beneficios personales
los
suplirán.
No
será necesario o aún de ayuda para una autoridad central monitorear
los
métodos de producción de las empresas. Los agricultores, compañías
de
construcción, fabricantes de muebles y miles de otros productores
buscarán
la mejor combinación de recursos y los métodos de producción
que
reduzcan los costos debido a que costos más bajos significan
ganancias
más grandes. Es el interés de cada productor mantener bajos
costos
y mejorar la calidad. De hecho, la competencia virtualmente los
obliga
a hacerlo. Los productores que tienen altos costos tendrán
dificultad
de sobrevivir en el mercado. Los consumidores, quienes buscan
el
mejor valor para su dinero, se darán cuenta de ello.
La
mano invisible del proceso de mercado trabaja de forma tan automática
que
la mayor parte de la gente piensa poco en ello. La mayoría
simplemente
toma por descontado que los bienes que la gente valora serán
producidos
en aproximadamente las cantidades que los consumidores desean
comprarles.
Las largas colas de espera y las señales "vendido hasta la
próxima
semana" que caracterizan a las economías centralmente
planificadas
son totalmente desconocidas a los que viven en una economía
de
mercado. De igual forma, la disponibilidad de una gran gama de bienes
que
desafían incluso la imaginación de los consumidores modernos también
se
toma como un hecho. El proceso de la mano invisible trae orden,
armonía
y diversidad. Sin embargo, el proceso trabaja tan rápido que es
poco
comprendido y apreciado. A pesar de ello, es vital para nuestro
bienestar.
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